¿No sentiste en algún momento esas fuertes ganas de hacer algo? Estaba aquí sentada, frente a la computadora, como ya cuantas otras noches, y de repente sentí esas tremendas ganas de venir a escribir. En realidad, ¿para qué te voy a mentir?, mi intención era escribir en papel pero no tengo de "esas" lapiceras. ¿Sabés de que lapiceras hablo? De "esas" que me encantan, y que a la vez resulta raro que me gusten. Las lapiceras que se revientan, las que dijeron basta, las que se murieron. Es como que la tinta fluye más, son más....¿libres? Ah bueh, ¿quién era yo y por qué de repente me quería hacer la poetisa y usar metáforas?. En realidad es la verdad, me gusta mucho escribir con esas lapiceras, las manchas que te dejan, las manchas de improlijidad en el papel <3 . La improlijidad.
Hay días en que tenés muchas ganas de todo y otros en los que no querés hacer nada de nada, en los que el cerebro está re seco, en los que cuestionas tu creatividad. Pareciera que se hubiera ido, pareciera que no va a volver más, pero tranqui....ella siempre vuelve.
No sé hasta que punto le va a servir a alguien algo de lo que digo, a mi me sirve sacarme las ganas. Hacerme feliz un mínimo segundo, darme el gusto, de escribir. Darme el gusto de ser medio egoísta podríamos decir ¿no?
No dormí, la verdad. Capaz encuentro más errores después, sepan disculpar la improlijidad tan importante en mi vida, en mi casa, en mis cosas.
Tengo tantas cosas para decir y ahora que escribo, se me borraron todas y lo que estoy diciendo no tiene sentido.
Escribo sin mirar, escribo como si fuera obligación tener que terminar. Y como soy tan improlija, lo termino cuando yo quiera, donde yo quiera y no respeto los niveles de lenguaje que uso para hacerlo. Mezclo todo.
Mezclo todo y te das cuenta que lo que estás leyendo en realidad es una mierda. Y te vas...y te fuiste. Chau, chau adiós, ¡yo también me voy!
Jaja estas loca vos !
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